Biblioteca Nacional de Francia
Perrault logra a su vez con su propuesta una serie de objetivos simbólicos
y urbanos. Las cuatro torres que contienen los libros tienen a su vez la forma
de cuatro grandes libros abierto contienen el espacio central, con lo cual se
produce una identificación análoga entre forma y contenido que transforma el edificio
en una enorme alegoría legible a nivel urbano. Estas torres y el basamento
encierran la configura un remanso en medio de la agitación urbana, lo cual lo
torna especialmente propicio para invitar a la lectura.
La obra de Dominique Perrault es caracterizada por cuatro grandes
torres angulares de 79m cada una que corresponden simbólicamente a cuatro
libros abiertos. Cada torre lleva un nombre: torre de los tiempos, torre de las
leyes, torre de los números, y torre de las cartas. El espacio central,
delimitado por los cuatro cuerpos, está ocupado por una enrome plaza. En ese
interior de la construcción los ambientes se suceden como escenografías, con
una identidad bien definida, hasta el punto de quedar bien impresos en la mente
del visitante.
Esta obra consiste en el carácter radical de la propuesta de
Perrault, al crear una gran plaza central delimitada en sus esquinas por cuatro
altas torres en forma de diedros. Está hecha utilizando los edificios aledaños
como base de en clausurar la biblioteca formada un espacio central conocido
como la biblioteca. Como resultado se genera espacios para crear aperturas en
los techos de forma de bóveda. Utilizando las paredes como forma de guardar los
libros y darle un sentido de textura al ambiente. A pesar de los grandes
cristales en los techos, la iluminación entra difuminado, para esparcir la iluminación
alrededor del espacio central.
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